El despertar espiritual ha sido la meta de muchas personas desde tiempos inmemoriales, aun así, ¿cómo puede alguien saber que lo ha logrado? ¿Cuándo el dormido se reconoce despierto?, es evidente el camino? O, por el contrario, ¿podríamos perdernos entre anhelos de despertar, recorriendo laberintos mentales que no necesariamente nos conducirían al destino deseado?
Por otro lado, la ciencia moderna se ha planteado una meta aparentemente diferente: entender los procesos psicológicos y neurológicos que explican nuestro comportamiento, decisiones y acciones; consolidando las teorías y modelos psicológicos que le permitan brindar a las personas, métodos y técnicas seguras para que sanen psicológicamente y sean personas felices y productivas.
Serían dos metas irreconciliables, el mundo de la espiritualidad versus un más terrenal mundo de la neuro psicología del comportamiento y las relaciones humanas. Pero, ¿es realmente esta separación del todo precisa? O acaso es posible que más de 2000 años de separación nos hayan hecho interpretar de manera incompleta las enseñanzas de unos maestros que no tuvieron un paradigma científico que les permitiera explicar a pueblos iletrados la posibilidad de una mejora en el bienestar personal, que conlleva riesgos y que es, en extremo, difícil de explicar. El punto común entre ambas visiones es, sin duda alguna, mejorar el bienestar de las personas, interpretamos que a través de procesos diferentes; pero que sucedería si ambas líneas de pensamiento estuviesen hablando de un mismo proceso: sanar la psicología de las personas, sus sesgos, sus creencias imprecisas y limitadoras, sus miedos y traumas, nuestra aparente incapacidad para enfrentar las dificultades de la vida y las propias incoherencias.
En este libro comparto, a través de mi experiencia, como logré sanar. Describo diferentes etapas de este proceso, desde el mismo punto de partida, pasando por las realizaciones y cambios realizados hasta llegar a ese estado objetivo: estar sano, que a la vez implica estar despierto y poder percibir todos los matices de mi personalidad y de la vida con atención plena (Mindfulness). A través de estas etapas muestro como logré reencuadrar mis ideas fundamentales sobre la vida y sobre mí mismo, armonizando mis expectativas sobre la realidad, minimizando mis enojos y reacciones agresivas, mejorando mi autocontrol y mi comportamiento y por ende los resultados de mis interacciones sociales, consolidando todo ello en una continua percepción consciente de la realidad a mi alrededor (Mindfulness).
Culmino este libro consolidando todo mi aprendizaje en una propuesta de modelo teórico que integra mi comprensión sobre el despertar de consciencia, que en mi caso no consistió en desarrollar algo que no tenía, sino en sanar, desprenderme de todo lo negativo, temores y escudos, que desde mi niñez habían ocultado mi condición originaria: humano consciente, atento, amable, comprensivo, amoroso. En tal sentido el proceso de despertar que describo en este ensayo es un regreso a mi esencia y para ello lo único que tuve que hacer fue sanar emocionalmente, sanar psicológicamente, simplemente sanar.
Sanar, sin embargo, ameritó enfrentar mis sombras. Este proceso implicó sanar cosas que cotidianamente no percibía (subconsciencia e inconsciencia), por lo que despertar (superar esa subconsciencia e inconsciencia) implicó afrontar sentimientos de culpa y crisis de ansiedad, asociados a desbloquear experiencias traumáticas, así como enfrentar mis defectos y malas decisiones pasadas; es por ello que necesité de la ayuda de profesionales de la salud mental, de quienes aprendí a asimilar y superar estas experiencias.
Finalmente espero que este ensayo aporte a las indagaciones científicas, y que estas nos acerquen a un método seguro y confiable que nos permita a todos entender nuestra humanidad.